TMB - Dia 3: de Les Mottets a Courmayeur

Martes 24 de julio de 2012

Datos numéricos del GPS:
Distancia: 16 Km
Desnivel acumulado: +838 m / -1.455 m
Tiempo marcha: 4 horas y media
Tiempo total: 6 horas

Tercer día por el Tour del Mont Blanc. La habitación en Les Mottets, un barracón con colchones de 70 cm uno seguido del otro, amenazaba con hacernos pasar una noche difícil por ronquidos, calor, etc… Sin embargo, todos dormimos sin problema, a gusto y nos levantamos descansados. Unos franceses que no parecen darse cuenta de que las 25 personas restantes en la habitación todavía duermen, montan un festival de bolsas de plástico, cremalleras y demás sobre las seis de la mañana. Así que hoy nos levantamos algo antes que de costumbre, aunque igualmente tendremos que esperar a las 7 para desayunar.

Luces y sombras

Toda la noche ha soplado el viento con fuerza y al amanecer sigue sin haber amainado. Promete seguir dando fuerte hoy. Y está  bastante fresca la mañana así que decido hacer un rápido cambio de ropa y me hecho encima la camiseta térmica, el polar, guantes y cortavientos.

Preparados para el frio que amenaza hoy y mentalizados para cambiar el “bonjour” por un “buongiorno”, salimos sobre las ocho hacia el Col de la Seigne (2.516 m, frontera entre Francia e Italia), por las zetas que quedan por detrás del refugio (1.864 m).

Empezamos la subida

Aiguille des Glaciers

El refugio ya va quedando abajo

En el primer tramo se gana altura rápidamente siguiendo el zigzag. Desde aquí observamos como el refugio va quedando cada vez más  abajo y mirando hacia atrás, tendremos una buena perspectiva del Col de Fours y su fuerte bajada.

Pasadas las zetas, el camino se vuelve mucho más  tendido y sube hacia el collado a media ladera. Hay que cruzar algún pequeño torrente. El viento cada vez se siente más fuerte y frío y no me sobra ni un gramo de la ropa que llevo puesta. Me paro a esperar a Yaiza y me quedo congelada. Pienso en Rafa y Dani que caminan por delante; hace un buen rato que los he perdido de vista. Me imagino que en el collado debe hacer un frio tremendo, así que confío en que no nos esperen y sigan hasta el refugio Elisabetta o alguna zona resguardada.

Hacia el Col des Fours



Vista atrás

Los últimos metros hasta el collado se hacen con el Col de la Seigne totalmente de frente por una herbosa y ancha ladera. Por la izquierda nos vigila la Aiguille des Glaciers y de repente, como un regalo, se va apareciendo el protagonista de toda esta historia: una elegante mole blanca cortando el intenso azul del cielo. Es el Mont Blanc; no hay duda! Cuando lo veo, tengo que pararme, más que a coger aire, a deshacer el nudo de la garganta y dejar escapar dos pequeñas lágrimas. Todavía no habíamos podido verlo y esta forma de hacer acto de presencia, me parece espectacular.

Y mientras estoy ahí parada embobada, haciendo fotos al jefe, miro para el collado y veo dos siluetas, quietas, encogidas por el frio. Son Dani y Rafa. Intento correr para decirles que se vayan que hace mucho frio y cuando les alcanzo (Dani lleva casi una hora luchando contra el fuerte viento en el collado), me dicen que ante semejante espectáculo había que esperar para hacer una foto de grupo. Bonito detalle!!

Aiguille des Glaciers

Últimos metros hacia el Col de la Seigne

El regalo del día


Col de la Seigne, vistas hacia Italia: el Mont Blanc domina!

La anécdota del día: en esta última rampa al collado siento a alguien que viene corriendo por detrás. Me giro y me pasa corriendo un japonés con sus setenta años encima, con unos pantalones cortos tipo calzoncillo, camiseta de tirantes, una mochila mínima, gorro de explorador, algo que parecen calcetines. Sin perder la sonrisa me lanza un “Bonjour” perfecto y sigue hacia arriba. En el collado, a pesar del frio que hacia, estuvo unos diez minutos haciéndose fotos con el Mont Blanc. Este tipo nos dio para unas cuantas risas. Gontzal, que se lo cruzo más  adelante, le vio comiendo un bocadillo “absurdamente grande” y descubrió que los calcetines eran algún tipo de calzado de ceremonial (y si, eran como unos calcetines con algo de suela… pero vamos, que las piedras del camino…)

Col de la Seigne, hacia la derecha Francia, hacia la izquierda Italia

Nos reagrupamos

Total, volvemos a la etapa. Dos horas me ha llevado subir el Col de la Seigne a ritmo bastante tranquilo. En el collado, nos reagrupamos, nos hacemos la foto con el Mont Blanc y enseguida empezamos a bajar por la Val Veny, que ofrece unas vistas increíbles del macizo. El primer tramo la pendiente es bastante pronunciada. Enseguida alcanzamos La Casermetta (2.365 m) donde aprovechamos para resguardarnos del fuerte viento y entretenernos un rato con la maqueta del macizo.  Como Rafa empieza a sentir molestias en la rodilla, decidimos separarnos y bajamos Dani y yo por delante, y Rafa y Yaiza más  despacio cuidando sus rodillas. Quedamos en encontrarnos en el refugio Elisabetta (2.195 m), donde aprovecharemos para hacer un descanso un poco más largo.

De bajada por la Val Veny


(Imagen prestada por Rafa, llegando a La Casermetta)


Otra fuerte pendiente desde La Casermetta y enseguida alcanzamos el llano conocido como Plan Veny. Aquí ya podemos empezar a quitarnos abrigo: apenas sopla el viento y el sol está  pegando con fuerza. Apenas hora y cuarto después de comenzar la bajada desde el collado alcanzamos el refugio Elisabetta.

Hacemos algo más de una hora de descanso, sentados en la terraza del refugio frente al glaciar Lex Blanche. Es un autentico mirador de toda la Val Veny y de la escarpada vertiente italiana del macizo del Mont Blanc. Algunas nubes empiezan a cubrir los picos más altos.


Vistas desde el refugio

(Imagen prestada por Rafa; el glaciar Lex Blanche)


Todavía nos queda caminar algo más de una hora hasta la Visaille, donde tenemos previsto coger el autobús hasta Courmayeur. La intención es comer allí y después la fuerte subida de un par de horas a Bertone. Además, estamos convencidos de que necesitaremos francos suizos para los autobuses en Suiza (resulta que al menos este año, ya aceptaban euros) y Courmayeur es nuestra ultima opción para conseguirlos.

Como tenemos varias cosas que hacer y no queremos que se nos haga tarde para la subida a Bertone, decidimos volver a separarnos: Dani y yo, bajaremos rápido hasta el autobús para poder hacer el cambio de moneda en Courmayeur, comprar comida y esperarles a Rafa y Yaiza con todo listo, para comer y subir.

Nos despedimos y aceleramos el paso. Los carteles nos indican alrededor de hora y media hasta la Visaille y nosotros “disponemos” de una hora. Se baja del refugio y hasta el Lac Combal llaneamos. Aquí encontramos la bifurcación para subir al Plan Checrouit y a la Maison Vielle. Nosotros seguimos directos para Courmayeur, así que nos toca bajar por la carretera que en un par de fuertes curvas te deja en La Visaille (1.656m). Este último trozo nos destroza las piernas. Veníamos caminando bastante fuerte y de repente este trozo de asfalto y ya apurados por el tiempo, se nos hace duro.

De bajada a la Visaille, arriba queda Elisabetta

(Imagen prestada por Rafa)

(Imagen prestada por Rafa; el camino hacia el Lac Combal; al fondo la morrena del glaciar de Miage)

Llegamos por fin a La Visaille, miramos el reloj y miramos a dos franceses que sentados en una terraza, también nos miran. Sin mediar palabra la comunicación es clara: hemos perdido el autobús. Nos acercamos a ellos, balbuceamos algo y nos dicen que se nos ha escapado por dos minutos, pero que si vamos a Courmayeur, ellos nos llevan. Les agradecemos varias veces el favor que nos hacen y bajamos con ellos.

Para cuando llegamos a Courmayeur (1.224m) son algo más  de las dos, conseguir francos suizos es imposible (no les quedan…) y al igual que en Chamonix, hasta respirar es caro. Al menos, Courmayeur es bonito!

Rafa y Yaiza llegan pasadas las tres de la tarde y Yaiza viene con la rodilla bastante tocada. No se siente con fuerzas de subir a Bertone. Así que optamos por cambiar el plan, no subir a Bertone y buscar una pensión en Courmayeur.

Ponemos así fin a la etapa de hoy y pasamos la tarde dando paseos cuando las tormentas nos lo permiten. Nos alojamos en la pensión Venezia que no es para echar cohetes, pero por 50€ tenemos habitación doble con desayuno, que con los precios que rondan la zona, no está nada mal.

A destacar de la etapa: el regalazo del Col de la Seigne y la impresionante vertiente italiana del macizo del Mont Blanc. 

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