TMB - Dia 6: de Relais d'Arpette a La Boerne


Viernes 27 de julio de 2012

Datos numéricos del GPS (aproximados):
Distancia: 13 Km
Desnivel acumulado: +1.133 m / -1.601 m
Tiempo marcha: 6 horas
Tiempo total: 7 horas y media

En casi todas las travesías hay siempre una etapa reina. Y esta, sin duda es la etapa reina de nuestro Tour del Mont Blanc. El plan inicial es subir a la Fenetre d’Arpette, bajar hacia Trient, remontar el Col de Balme (frontera entre Suiza y Francia) y dormir en el refugio La Boerne, en la localidad francesa de Tre-le-Champ.

Uno de los motivos para elegir este refugio y alargar tanto la etapa, era evitar el refugio del Col de Balme, del que hemos oído todo tipo de historias y ninguna especialmente positiva, y que como luego nos contara Gontzal son todas mas que ciertas. No es muy recomendable este refugio.

Ya llevamos seis dias de trekking, cargando con las mochilas y ni los ánimos ni las rodillas están como el primer dia. Rafa y Yaiza deciden tomar la variante por la Ruta Bovina, que es más suave y con mucho menos desnivel que la Fenetre. Dani y yo, que vamos motivados y que además pronostican muy buen tiempo, decidimos ir por la Fenetre.

Como tenemos un dia largo, intentamos estar a las 7 en el desayuno para salir rápido, pero como siempre pasa, al final nos dan las 7.45 cuando dejamos el refugio (1.630 m). Nos despedimos de Rafa y Yaiza, y junto con Gontzal iniciamos la etapa.


Remontando la Val d'Arpette

A pesar de ser pronto, el sol ya calienta bastante. Salimos del refugio remontando la Val d’Arpette, atravesando un pequeño bosque al principio. El desnivel es suave pero constante y enseguida Dani y Gontzal me sacan un buen trecho. Por el bosque se cruzan varios riachuelos y hay que perder un poco el tiempo en buscar el mejor paso (aunque con el calor que amenaza, mojarse es lo de menos…).



El terreno es completamente diferente al de dias atrás. Esta subida es por camino menos marcado, con muchos pasos sobre roca y una entretenida tartera al final. De hecho, la ultima parte de la Fenetre, recuerda mucho al Coll de Contraix. A pesar de que el tipo de terreno exige más concentración en los pasos, me siento más a gusto en la subida, que en los días anteriores.

Según me acerco a la primera subida fuerte del dia, veo bastante gente remontando un pequeño torrente, pero no alcanzo a distinguir a Dani o a Gontzal. Pienso que una vez superado el torrente, me esperaran descansando cerca.



Vista atrás: al fondo queda el refugio

Hay muchas señales a lo largo de la subida

Me voy sintiendo mejor y empiezo a coger buen ritmo. Remonto el torrente y veo hacia atrás toda la Val d’Arpette con el refugio al fondo. Pero, ni rastro de Dani y Gontzal. Deben de ir a gusto, pronto han cogido ritmo y habrán decidido aprovechar y seguir. Me conciencio de hacer toda la subida sola; y la verdad es que esto me da fuerzas. No paro y sigo llaneando hasta acercarme a la siguiente sección, una zona llamada La Barme (2.140 m)



Cuando estoy a punto de empezar a subir hacia la derecha, veo a Gontzal a menos de diez minutos de mí, descansando. Me extraña verlo tan cerca y me extraña no ver a Dani, pero como lo veo tranquilo, sigo subiendo sin preocuparme. Ahora el camino sube a veces de forma más brusca, y a veces más suave, por la ladera a nuestra derecha y por fin la Fenetre se asoma. La primera vez que la veo, pienso que me va a llevar un buen rato y que el desnivel es importante.



Empiezo a divisar también la tartera y en ese momento, veo a Dani sentado tranquilamente en una roca. Cuando nos juntamos se sorprende de verme llegar, porque el calculaba que yo debía de ir mas abajo. Me dice que no llega a quince minutos lo que está  esperando. También me cuenta que Gontzal está  con las piernas cargadas, que le está  pasando factura la kilometrada del dia anterior y que justo acaba de pasar.

Aprovecho para beber algo de agua y seguimos para arriba: nos queda la tartera y el empinado zigzag. Por suerte el canchal está  muy marcado el camino a seguir así que no perdemos mucho el tiempo buscando el mejor paso; aunque en este terreno es fácil perder el rumbo y alguna “encajonada” nos llevamos. 

La Fenetre es el collado que se ve arriba a la derecha, flanqueada por el Genepi (2.884 m) y el Pointe des Ecandies (2.873 m)

Subimos por el canchal

Caos de rocas

La Fenetre cada vez mas cerca

En una hora tenemos la tartera superada y estamos a los pies de la última rampa hasta el collado. La pendiente es bastante pronunciada. La atacamos con ganas y motivados, porque ya estamos casi arriba. La parte mala es que hay mucha piedra suelta y nos resbalamos bastante.

Casi en la base de la ultima rampa

Vista atrás a la pedrera desde el inicio de la rampa final

Últimos y empinados metros

Y poco antes de las once, alcanzo la Fenetre d’Arpette (2.665 m). Tres horas de interesante subida. Llego eufórica y choco con la cara de “susto” de Dani. Me comenta que mire para el otro lado; asomo la cabeza y pienso que el valle no puede quedar más abajo. Contemplamos el valle remontado, miramos hacia lo que está  por venir; las vistas son excepcionales, pero corre un fuerte viento bastante frio, así que decidimos movernos rápido. 


De donde venimos...

... a donde vamos

Génepi

Así que pasadas las once, comenzamos a bajar. Lo que parecía una enorme tartera desde el collado, se convierte en un terreno muy pronunciado con mucha piedra suelta, entre rocas de gran tamaño. A nuestra izquierda tenemos el glaciar de Trient. Pero, vamos tan mal en esta bajada, resbalando tanto y cuidando bien de nuestros pasos, que no podemos disfrutar mucho de la vista sobre el glaciar. La verdad es que este camino con lluvia no es nada recomendable. Hay varios tramos en los que un resbalón tonto y… Así que precaución. 

Empieza la bajada

Glaciar de Trient

La Fenetre es muy diferente desde esta vertiente



La primera en caerse soy yo. Y buen susto, porque me quedo clavada sobre la rodilla. Por un momento, pienso que va a ser difícil salir de ahí. Pero me levanto, miro, muevo y a pesar del golpe, la rodilla no se queja lo mas mínimo. Perfecto! Seguimos hacia abajo. A la de un rato, Dani decide que ha llegado su turno y se cae también. Culo y espalda, se lleva un buen rasponazo de recuerdo.


Un poco de zoom al glaciar...

Y seguimos bajando. Bajando y sufriendo. Contábamos con que al caminar al lado del glaciar, el calor no seria un problema, pero no corre ni gota de viento y el calor es sofocante. Además, el propio camino y seguir viendo el valle, abajo, siempre abajo, nos quita toda la motivación de la subida. Atravesamos un bosque; ya solo nos hablamos para contarnos lo desesperados que vamos. Pero, algo bueno tenía que haber y tras casi dos horas “en el infierno” aparece de repente el Chalet du Glacier (1.583 m).



A punto de alcanzar el Chalet du Glacier, vista atrás

Recuperamos la alegría de forma instantánea y entramos en la terraza con unas amplias sonrisas. Al fondo, nos encontramos con Gontzal, que corre a surtirnos de cerveza fresca al vernos llegar y Cristina y Adam, una pareja de catalanes que conocimos anoche en el refugio. Descansamos juntos, comemos algo y pronto nos despedimos: Gontzal dormirá en el refugio del Col de Balme, Cristina y Adam en el Chalet de Charamillon y nosotros en La Boerne. Ellos tres subirán hacia Balme por la variante de Les Grands. Nosotros, que necesitamos algo mas de descanso no sabemos que hacer. Tenemos tres opciones: subir a Balme por les Grands (2.113 m), por les Herbageres o coger un autobús.

Entre los mapas y guías que llevamos, entendemos que hasta La Boerne nos quedan unas cinco horas, por ambas variantes. Sobre las siete deberíamos estar en el refugio y el tiempo es ya bastante justo. Y la motivación no es la misma que por la mañana; ya llevamos cinco horas de buena paliza. Así que de momento descartamos Les Grands.

Sobre las dos, decidimos tomar el camino hacia Trient y prácticamente la decisión ya está  hecha. Iremos en autobús. La verdad es que la bajada ha mermado nuestras fuerzas, no solo físicas, sino también psicológicas y nos vemos muy justos para hacerlo en tiempo. Me queda la esperanza de que al llegar al cruce (1.520 m) con la variante de les Herbageres, veamos el collado asequible y nos animemos. Pero no es así. La alcanzamos una media hora después de empezar a bajar y nos marca unas dos horas y media de subida. Así que seguimos hacia Trient.

El camino es bastante bonito al principio, por el bosque al borde del rio que baja del glaciar. Luego, se convierte en pista. En menos de una hora llegamos a Trient, y en la entrada, otra sorpresa. Hay un refugio, por 15€ la noche y en Trient hay tienda de comestibles. De haberlo sabido antes…  


Refugio du Peuty


En Trient (1.297 m) damos por finalizada la etapa, aunque me quedo con la espinita del Col de Balme. Para llegar hasta Tre-le-Champ, donde tenemos el refugio reservado, cogemos un autobús hasta la frontera en Le Chatelard y allí, otro autobús que nos para a escasos cinco minutos de La Boerne.

Trient

La Boerne




El refugio es bastante curioso, donde hasta el hueco mas mínimo está increíblemente bien aprovechado. Descansamos un rato fuera, contemplando los glaciares de Tour y Argentiere. Por primera vez en el tour, los pronósticos para mañana no son buenos, así que decidimos levantarnos tranquilos y decidir sobre la marcha. Si llueve, caminaremos por el fondo del valle hacia Chamonix, y si se equivocan y hace buen tiempo, trataremos de ir hacia Lac Blanc y La Flegere. 

En La Boerne nos esperan Rafa y Yaiza, que han venido por la variante bovina. Esto es lo que cuenta Rafa:

El camino empieza deshaciendo lo andado al final de la etapa anterior, descendiendo por un estrecho camino a través del bosque. Después se continúa descendiendo por una carretera entre pintorescas casas suizas, rebaños de vacas, arboles y más arboles, hasta llegar a la población de La Poya.

A continuación toca una subida que nunca nos hubiéramos imaginado cuando nos hablaron de la kilometrada de la ruta bovina. Se sube durante un par de horas, primero de forma más suave por un camino ancho entre arboles, luego por un sendero más estrecho y empinado y por último por un zigzag  hasta pasar el collado. Aquí se acaba la ascensión propiamente dicha y se camina durante una media hora por un camino en ligera subida, más expuesto, con unas impresionantes vistas aéreas de Martigny, capital del distrito del mismo nombre y comuna suiza del cantón de Valais. Al final de la falsa subida se llega a un pequeño bar llamado De Bovine Alpage, perfecto para descansar y tomar algo.

La bajada es bastante más corta y suave, descendiendo durante una hora aproximadamente hasta Col de la Forclaz, donde se puede coger un autobús hasta Barberine y de ahí el tren hasta Vallorcine. 



Martigni


7 comentarios:

  1. Buen recorrido y preciosas fotos

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  2. También recuerdo bien ese día.... Y la mirada de gratitud cuando os puse las cervezas delante de la mesa!!! Muy bonitos recuerdos, sí señor.. Y ya seque lo digo siempre, pero qué fotos ¿Me repito mucho? Quizá sí...

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    1. Gontzal! Es que realmente nos salvaste de una deshidratacion segura!!! la verdad es que llegar destrozados al Chalet y encontraros allí, fue todo un subidon!! y gracias por lo de las fotos... pero tu también debes de tener fotos buenísimas!! a ver si las vemos!!! ;)

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  3. Las fotos es cierto son espectaculares, que maravilla de vistas.....
    Ya espero impaciente la siguiente jeje
    Mar.

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  4. La mejor detallada, más amena y con fotos alucinantes (tuvisteis suerte con el tiempo, eh) de las webs del TMB que he encontrado.
    Yo lo empiezo el 1 de julio próximo y, después de leerte, estoy como loco por empezar!
    Gracias por publicarlo.

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    1. Muchas gracias por tu comentario!! y por el cumplido! me alegro que te este resultado útil para preparar tu TMB. La verdad es que si tuvimos mucha suerte con el tiempo, no nos podemos quejar!! Mucha suerte en tu TMB y que lo disfrutes!! no te defraudará, seguro! Un abrazo!

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Hola! Muchas gracias por visitarme y dejarme un comentario!!